La quimera del oro es uno de sus largometrajes menos conocidos, pero no se puede negar que Chaplin derrochó tanto talento en el como en el resto.
Finales del siglo XIX: Alaska es el destino de miles de aventureros que atraídos por la fiebre del oro, buscan un futuro mejor escavando en las montañas. Entre estos pioneros aparece Charlot, que con su elegante atuendo rumiado y guiado por una brújula pintada en una hoja encuentra cobijo en la desolada cabaña de un ladrón. Pero pronto Charlot, endeble y con buen corazón, caerá rendido a los pies de una cantante de cabaret que quiere escapar de su mala vida.
Os espero el Lunes 2 en el Seminario C a las 10:30 donde os hablaré de la vida de Chaplin, su manera del entender el cine y veremos la primera película de cine mudo de este año.